¿Listos para la temporada navideña? ¿Ya están haciendo planes para que el cierre del 2025 sea grandioso? No podemos esperar a que las reuniones y fiestas inicien: amigos, regalos y comida deliciosa y muy especial. Así es, la comida que la Navidad trae es un verdadero placer, pero ¿cómo es que comemos lo que comemos durante esta época? Hoy en U-Storage traemos la historia de 5 recetas navideñas, ¿listos? ¡A la cocina!

El origen de la Navidad
La Navidad y las fiestas de Fin de Año son tan pero tan antiguas que, realmente, muchos no sabemos más que lo básico: que celebramos el nacimiento de Jesús y el fin de un año en el calendario gregoriano.
Pero la Navidad tiene muchas tradiciones, entre ellas, los platillos que comemos durante la temporada. La comida navideña es el ejemplo perfecto del mestizaje de culturas pues mezcla ingredientes que provienen de todo el mundo, así, es el resultado del encuentro de múltiples visiones, pero, ¿cómo se originó?, ¿te los has preguntado alguna vez?
Bueno, como todo en relación con estas fechas: tiene un origen religioso. Todos sabemos que la Navidad celebra el nacimiento de Jesús. Así, en los inicios de la celebración institucional de esta fecha, la Iglesia y sus miembros proclamaron una vigilia durante el día anterior: sólo se podía hacer una comida ligera y que no incluyera carne.
Llegado el 25, se levantaba la restricción y por ello se fue volviendo costumbre preparar una comilona para ese día: carne, pescado, productos especiales, postres, dulces, frutos secos, platillos fuera de lo cotidiano.
Conforme el cristianismo y sus costumbres fueron extendiéndose alrededor del mundo, el encuentro de ingredientes y la creación de nuevos platillos se hicieron inevitables. Hoy, en nuestras mesas hay platillos con influencias inglesas, españolas y, claro, indígenas.
Alrededor de la mesa: amigos, familia, en la mesa: el pavo, la ensalada de frutas, los romeritos, el bacalao, la pierna, el ponche hierve calientito, las almendras confitadas, el turrón están a la espera de que les hinquemos el diente.
Aquí te contamos la historia de algunas recetas navideñas, pero no sólo eso, te decimos cómo preparar esos platillos:
Historia del Pavo Navideño
Con todo y que el guajolote es un animal que los españoles llevaron a Europa proveniente de las colonias, la tradición del pavo en las fiestas navideñas apenas llegó a México a mediados del siglo pasado, mucho después de que llegara a las mesas de nuestro vecino del norte que lo integró a su fiesta del Thanksgiving primero.
Y es que la costumbre de hornearlo, rellenarlo y presentarlo completo en las mesas es algo que la cocina anglosajona le dio al mundo, pues en las mesas de la antigua nobleza era típico que se sirviera al ser considerado exótico y sinónimo de abundancia.
Es hacia el siglo XVI cuando comenzó a aparecer en las cenas navideñas; poco a poco comenzó a adquirir protagonismo y ya para el siglo XIX su consumo durante la temporada se extendió a otros países, pero permaneciendo como un manjar de las clases más privilegiadas.
Fue hasta la Segunda Guerra Mundial que la producción de pavo realmente se abrió a todos y la tradición de comerlo en esas fiestas se popularizó. En México, suele prepararse con adobo, pues es un toque muy particular de nuestra cocina.

Receta de Pavo al Horno
Pavo
Una noche antes untar con mostaza y guardar en el refri.
Salsa
– 1 botella grande de catsup
– 1 pizca de orégano
– 90 gramos de mantequilla
– 3/4 taza de vino blanco para cocinar
– Refresco de cola (el necesario)
– 15 chiles guajilllos grandes
– Consomé de pollo (el necesario)
Licuar estos ingredientes y untar el pavo con ellos antes de meterlo al horno. Reservar el resto de la salsa para servir.
Relleno
– 1 kilo de carne molida de cerdo
– Ciruelas pasas
– Apio
– Manzanas
– Nueces, almendras, pasas
– Cebolla
– Jitomate (pelado)
– Sal al gusto
Picar y cocinar todos estos ingredientes a fuego lento.
Servir el pavo acompañado con el relleno, agregar un poco de salsa.
Romeritos, el platillo navideño mexicano
Manjar culinario 100% mexicano, como probablemente ya lo sepas, los romeritos son un quelite, palabra que en náhuatl significa “hierba comestible”. En tiempos prehispánicos, los romeritos eran plantas realmente valoradas por los mexicas, pues tenían altos beneficios medicinales y nutricionales.
En un inicio, durante la Colonia estas hierbas fueron desplazadas por los recién llegados, fue dentro de la Iglesia Católica donde serían redescubiertos como un ingrediente realmente especial.
Puebla y sus monjas, esas que tanto le han dado a la cocina mexicana: ellas comenzaron a integrar los quelites a la cocina de nuevo.
La historia oficial de la creación de los Romeritos en específico va más o menos así; las religiosas del Templo de la Soledad enfrentaban dificultades económicas y debían economizar lo más posible así que decidieron cocinar sólo con lo que tenían en la cocina y echaron a la olla: romeritos, papas, nopales y mole, resultando un verdadero “revoltijo”, nombre que le pusieron a la receta.
¿Alguna vez escuchaste a tu abuela decirle revoltijo a los romeritos? Se supone que viene de ahí.
Esa es la leyenda del origen de los romeritos, pero ¿de dónde surgió la costumbre de comerlos en Navidad? De hecho, comenzaron a comerse más durante el ayuno del día previo, primero en las mesas de las comunidades religiosas, poco a poco en otras mesas y después, el platillo comenzó a ser servido también el 25.

Receta de romeritos con mole
Tortitas
– 100 gramos camarones secos, limpios y tostados
– 100 gramos de queso fresco rallado
– 150 gramos de arroz blanco cocido
– 8 huevos
– Un diente de ajo
Muele los camarones secos hasta pulverizarlos (también puedes comprar el polvo). Mézclalos con el queso y el arroz, agrega los huevos y licúa.
Da a la mezcla forma de tortitas.
Fríe las tortitas en aceite con ajo.
Revoltijo
– 300 gramos de romeritos limpios, cocidos y escurridos
– 3 tazas de mole poblano
– 1 taza de consomé
– 300 gramos de papitas
– Sal (la necesaria)
En una olla con aceite caliente, diluir el mole con el consomé, poco a poco, buscando una textura de salsa: no demasiado aguado ni demasiado espeso.
Incorporar los romeritos, las papas, dejar hervir unos minutos, incorporar las tortitas y dejar hervir de nuevo, agregar un poco más de consomé en caso de ser necesario.
Apagar una vez que haya hervido a fuego lento unos minutos.
Fruitcake, un antiguo y delicioso postre para Navidad
Este postre no es muy tradicional en nuestras mesas, pero es tan antiguo y delicioso que tienes que conocerlo y, obvio, prepararlo para esta Navidad.
Y cuando decimos antiguo, lo decimos en serio, pues los orígenes del fruitcake se remontan a los egipcios, quienes colocaban postres duraderos en las pirámides de los difuntos; se cree que pensaban en endulzar la experiencia del más allá.
Los romanos también tenían su versión: mezcla de cebada, semillas, nueces y pasas aderezadas con vino y miel, se llamaban saturas y eran consumidas principalmente por guerreros, pues les proporcionaban la energía que necesitaban al viajar.
Para la Edad Media, se cree que el pastel de frutas era parte de la dieta durante las Cruzadas bajo una lógica similar a la de los romanos.
El asunto es que durante esa época, en la locura de la Guerra Santa que se libraba, su consumo comenzó a ser visto como signo de gula por la Iglesia, a un punto tal que se prohibió que se le pusiera mantequilla durante un tiempo y luego se le impuso un impuesto tan elevado que limito su consumo a ciertas clases sociales.
Fue la aristocracia europea la que lo integró a las fiestas navideñas, pues se hizo costumbre que los regalaran a personas de menos recursos, y claro, es tan delicioso que se convirtió en esencial para las fiestas.
En México, la realidad es que es poco consumido pero, poco a poco, más personas lo integran a sus mesas, sobre todo en los últimos años en que las líneas de los festejos culturales se han desdibujado un poco más.

Receta de pastel de frutas (fruitcake)
*Un buen fruitcake requiere alrededor de 15 días de reposo antes de ser comido.
Día 1
Relleno
– 3 tazas de frutas secas picadas (dátiles, pasitas, chabacanos, naranja caramelizada, higos, mangos, arándanos, pistaches) (NO USAR MANZANA NI PIÑA)
– 1/3 taza de nuez y nuez de castilla picada
– Rayadura de un limón y una naranja
– 1/4 taza de jugo de naranja
– 1/2 cucharadita de canela
– 1/3 taza de azúcar morena
– 1/2 cucharadita de nuez moscada
– 1/4 cucharadita de clavo
– 2/3 taza de brandy/ron
Mezclar y dejar reposar toda la noche en el refri (pa que absorba el ron y el juguito).
Día 2
Pan
– 1 1/2 tazas de harina
– 1 cucharadita de polvo para hornear
– 1/2 cucharadita de sal
– 1 cucharadita de vainilla
– 150 gramos de mantequilla
– 1 taza de azúcar morena
– 3 huevos
En un recipiente, mezclar la harina, el polvo para hornear y la sal y en otro recipiente, acremar la mantequilla con el azúcar y luego incorporar, uno a uno, los huevos.
Añadir la vainilla y la mezcla de polvos.
Sacar la mezcla de frutos secos, colarla y guardar el juguito restante.
Unir la mezcla de frutos con la mezcla del pan. Hornear una hora y cuarto a 135 grados (es muy importante que la temperatura sea medio baja).
Pasado el tiempo, revisar el pastel introduciendo un palillo o cuchillo: si sale húmedo o con algún trozito, hornear un poco más y checar. Sacarlo del horno cuando esté listo.
Dejar reposar media hora y luego barnizar con el juguito sobrante de la mezcla.
Cuando el pan esté a temperatura ambiente, envolverlo en aluminio y guardarlo en el refri.
Día 3 a 15
Barniz
– Ron
– Jugo de naranja
Mezclar el ron y el jugo de naranja.
Diariamente, una o dos veces al día, rociarlo con la mezcla de ron y jugo de naranja, lo suficiente para que permanezca húmedo pero sin ahogar el pan.
Durante estos días y hasta que te lo termines, guárdalo en el refrigerador.
Galletas de jengibre, una receta muy europea
Otra receta del libro europeo pero, que igual, toma elementos de muchas culturas pues el jengibre viene de China y llega a Europa a través de la Ruta de la Seda.
Se cree que la receta de estas galletitas data del siglo X cuando el monje armenio Gregory de Nicopolis la creó o al menos la popularizó, de hecho, fue él quien llevó la receta a los monjes franceses, lugar desde el cual se extendió a otras partes de Europa.
La masa con la que se elaboraba el pan de jengibre solía llevar agua de rosas, melaza, canela, jengibre y cardamomo.
Fue en Alemania, durante el siglo XVI, cuando se volvió costumbre construir casitas con esta masa, inspiradas por el popular cuento de Hansel y Gretel. Poco después, se comenzaron a hacer otras figuras.
Populares entre la aristocracia, fueron en la corte de la reina Isabel cuando comenzaron a ser parte de los obsequios que se daban a la nobleza durante las fiestas.

Receta de galletas de jengibre
– 250 gramos de harina
– 150 gramos de mantequilla
– 100 gramos de azúcar morena
– 1/2 de bicarbonato de sodio
– 1 cucharadita de jengibre en polvo
– 1/2 cucharadita de canela en polvo
– 1 huevo
– Una pizca de sal
– Moldes para galletas
En un recipiente, batir la mantequilla.
En otro recipiente, mezclar la harina, el azúcar, el bicarbonato, la canela, el jengibre y la pizca de sal. Añadir esta mezcla a la mantequilla hasta que quede una masa homogénea.
Dejar reposar 30 minutos.
Espolvorear una superficie lisa con harina y estirar la masa hasta que tenga medio centímetro de espesor.
Cubrir con papel enserado una bandeja para hornear, colocar la masa y cortarla con tus moldes favoritos.
Hornear a 180 grados durante 15 a 20 minutos, hasta que estén ligeramente doraditas.
Sacar del horno y dejar enfriar.
Glaseado decorativo
– 1 clara de huevo
– 100 gramos de azúcar glas
– Jugo de medio limón
– Colorantes comestibles (preferentemente en polvo)
Batir la clara a punto de nieve y añadir de a poco el azúcar glas y el jugo de limón, una vez que todo esté unificado, separar en distintas porciones.
Añadir colorante comestible a cada porción.
Decorar las galletas una vez que estén bien frías. Si quieres darles detalles a tus galletitas, necesitarás algunas mangas de repostería.
Ponches
Llegado a México durante la Conquista, el ponche tiene sus orígenes en la antigua Persia, con el llamado “panch”, una mezcla de agua, limón, hierbas, azúcar y ron.
En Europa, la bebida sufre algunas transformaciones y fue en Inglaterra donde se le comenzó a llamar “punch”. La costumbre de tomarlo durante las fiestas va de la mano con las bajas temperaturas de esos lugares y dependiendo del país, su preparación es diferente, acá en México, por ejemplo, lo hacemos de frutas, pero en países como Estados Unidos suele ser con huevo.
Van las dos recetas de ponche navideño para que tú decidas cuál es mejor.
Receta de ponche de frutas
– 4 litros de agua
– 1 cono piloncillo grande o 400 gramos de azúcar morena
– 4 palitos de canela
– 500 gramos de tejocotes
– 750 gramos de guayabas pequeñas
– 3/4 taza de ciruelas pasas picadas
– 1 1/2 taza de manzana picadas
– 1/2 taza de pasitas
– Caña de azúcar cortada en palitos (al gusto)
– 1 taza de tamarindos pelados o 1 taza de flores de Jamaica
– Ron o aguardiente al gusto (opcional)
En una olla grande, durante 15 minutos colocar a hervir el agua, el piloncillo y la canela. Luego, agregar el resto de los ingredientes.
Dejar hervir a fuego lento durante una hora.
Agregar el piquetito al momento de servir.

Receta de ponche de huevo
– 6 huevos
– 1/4 taza de azúcar
– 1/4 cucharadita de sal
– 4 tazas de leche entera, divididas
– 1 cucharadita de vainilla
– Ron al gusto (opcional)
En una olla grande, batir los huevos, el azúcar y la sal. Incorporar lentamente dos tazas de leche, revolviendo constantemente.
Calentar a fuego lento, revolviendo de vez en cuando, hasta que espese.
Incorporar las dos tazas de leche restantes, la vainilla y el ron si así se quiere, dejar hervir a fuego lento y revolviendo, una vez que espese de nuevo, sacar del fuego.
Dejar enfriar un poco y luego refrigerar toda la noche.
¿Qué te parecieron las historias de las recetas navideñas? ¿Listos para entrar a la cocina?
Y bueno, junto con las fiestas y las deliciosas comidas, la Navidad también es una temporada de descanso, así que por acá te dejamos algunas sugerencias para que te entretengas en tu casa durante esos días.