El 19 de septiembre de 2017 la vida de todos los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México, Puebla y Morelos cambio por siempre, tal y como había cambiado tan sólo 12 días antes para los habitantes de los estados de Oaxaca y Chiapas. La tierra tembló y todos nosotros con ella.
Esta semana se cumple un mes desde que un sismo de 7.1 grados hiciera que la Ciudad de México temblará, se derrumbará y cambiará para siempre.
Hasta el momento el saldo reportado por las autoridades de la capital del país es de 38 edificios colapsados, 228 personas fallecidas y 69 rescatadas. Un total de 19 mil 022 peticiones para revisión de vivienda han sido recibidas, 10 mil 903 han sido atendidas y se ha informado que 9 mil 95 presentan daños superficiales, mil 38 daños significativos pero reparables mientras que 500 inmuebles han sido catalogados con daños estructurales y por tanto no están en condiciones de ser habitados.
En el Estado de México las autoridades han reportado 7 mil 565 viviendas dañadas de las cuales mil 800 presentan daños mayores o son pérdidas totales. En la entidad mexiquense, además se han identificado 3 mil 643 escuelas dañadas, 78 de ellas son pérdida total.
Ante la devastación del sisimo, diversas acciones han sido anunciadas por parte de los tres niveles del gobierno. Los recursos del Fondo Nacional están por llegar mientras que en la Ciudad de México se ha activado Plataforma CDMX, herramienta que busca agilizar y transparentar la entrega de ayuda a personas, inmuebles y negocios dañados, aunado a esto se ha instalado la Comisión para la Reconstrucción y Transformación de la Ciudad de México y puesto en marcha el Paquete Inicial de Respuesta a Emergencias Sociales y Económicas.
La iniciativa privada, la ciudadanía y organismos civiles también hacen su parte, Fundación Slim anunció la recaudación de 2 mil 373 millones de pesos de ayuda, Ambulante ha recaudado más de 850 mil dólares para la reconstrucción de todas las zonas afectadas por los sismos de septiembre, así, la ayuda no deja de llegar y la reconstrucción de un nuevo México sigue adelante.
A nivel macro todo parece fluir para que las zonas afectadas por el sisimo reciban el apoyo que requieren, pero, ¿a nivel personal?, ¿a nivel social?
¿Cómo nos sentimos a un mes de que todo temblará y cambiará?
No sé ustedes, pero tras el 19 de septiembre cada vez que llego a un lugar – especialmente un edificio alto, entro al metro, camino por la calle pienso: ¿qué pasaría si temblará en este momento? ¿qué tendría que hacer? ¿resistirá este edificio?
Y en las noches, ¿cuántos de ustedes siguen durmiendo vestidos con llaves y celular en mano? ¿a cuántos los asusta la alarma del coche del vecino que sorpresivamente aparenta sonar como la alerta sismica?
La ansiedad, el insomnio y el miedo son parte del trauma que todos estamos experimentado, vivimos un desastre y el impacto en nuestras vidas es enorme. El sentimiento de desolación, la sensación de peligro inminente, el estado perpetúo de alerta no nos dejará en mucho tiempo.
A esta desazón constante se suma la impotencia por no poder ayudar más, la culpa por poder regresar a la cotidianidad cuando tantos otros no pueden hacerlo, el agobio por aquellos que lo perdieron todo.
Lo que vivimos es muy fuerte, es difícil de digerir, de superar, pero debemos de hacerlo, así como se busca construir una ciudad más resiliente ante fenómenos naturales como los sismos, debemos construirnos como personas más resilientes al trauma, ese es nuestro papel, debemos contribuir a reactivar las economías de los barrios, de las colonias, todo suma: comer en fonditas, comprar en la papelería, ir a trabajar, ir al cine.
Se trata de construir nuevos modelos de vida social, nuevos modelos de comunidad, de ciudad, incluso de personas, no podemos ni debemos dejarnos caer, se vale llorar, pero no sé vale no levantarse, por nosotros, por los que no están, debemos volver a pensar en vivir plenamente, no podemos ayudar si estamos mal y se necesita la ayuda de todos para levantar las ciudades caídas.
Consejos para seguir adelante sin olvidar
Se trata de regresar a una rutina consciente, no inconsciente y para ello, a continuación, te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte a estar mejor:
1.- Solidaridad todos los días. Tras el sismo la solidaridad de todos fue inmediata, no importaba cómo, todos corrimos a ayudar, los ejemplos de valor y hermandad son enormes, sin embargo debemos aprender a ser solidarios más allá de las emergencias, esa es la lección: solidaridad en el día a día, en la cotidianidad, eso es lo que genera una sociedad organizada y fuerte, una sociedad resiliente e inclusiva.
2.- Elabora un plan familiar en caso de emergencia. Esto te ayudará a sentirte más tranquilo, más seguro. Nada ni nadie puede predecir el siguiente desastre, pero siempre podemos estar mejor preparados para enfrentarlo. (link a plan familiar de proteccion).
3.- Arma tu mochila de emergencia. Este consejo va de la mano con el plan familiar, se trata de estar mejor preparados así que en una mochila guarda una muda de ropa, una lámpara, agua, una radio de pilas portátil, las medicinas que necesites tomar, en caso de usar lentes un par de repuesto, una cobija y algunas latas de comida no perecedera.
4.- Platica con tus amigos y familiares de lo sucedido. No se trata de que ese sea el único tema de conversación, pero tampoco de evadir lo que nos sucedió, en caso de que sientas que todo te supera busca ayuda profesional.
5.- Ríe y has vida social. Tenemos la obligación de ser felices, de reírnos, de disfrutar la vida, no te límites.
6.- Respira, medita y ejercítate. La dopamina del ejercicio te hará sentir bien, respirar, meditar y hacer yoga te permiten ser consciente de tu vida, de tu presencia en este mundo, de lo afortunados que estar vivos y sintiendo.
A un mes del sismo es más importante que nunca reconstruirnos como ciudad, como sociedad y como personas. Recordar vivir plenamente, disfrutar el aquí y el ahora, ayudar a los demás y ser felices, alegres y amables.