Como Manejar las Pérdidas que Hemos Tenidos Este 2020

Este año es realmente duro, los meses van cambiando y no sabemos cuando volveremos a nuestra vida pasada, de hecho, cada momento que pasa nos hace pensar que no lo haremos en un corto o mediano plazo, tal vez nunca. Los estragos son gigantescos, ¿cómo lideamos con ellos?, ¿cómo los procesamos?, ¿qué significa vivir un duelo en medio de una pandemia? Hoy, en U-Storage, queremos hablar sobre todo lo ya no está, sobre la forma en que podemos manejar las pérdidas de este 2020.

 

Es agosto y nada está sereno, la COVID-19 sigue golpeándonos diariamente, el saldo hasta ahora es la pérdida de nuestras rutinas, de nuestros empleos, de nuestra vida social, de nuestra libertad y la terrorífica cifra de casi 700 mil vidas humanas a nivel mundial.

Vivir en crisis y total incertidumbre no es fácil, para gran parte de la población mundial, quizás, este 2020 es el año más duro que ha vivido. La situación actual nos ha forzado a cambiar nuestra forma de percibir los días, de pararnos en el mundo, de vivir la vida, de llorar la muerte.

Percepción del Tiempo

Y si, es muy importante mantener la esperanza pues sin ella, dicen los terapeutas, es como estar muertos en vida, pero, tampoco podemos ignorar los sentimientos de tristeza, miedo, enojo, el dolor y la desesperación, menos, si junto con la crisis sanitaria enfrentamos pérdidas personales que nos duelen hasta la médula, que nos descolocan, que nos enferman.

Una sola tragedia es algo muy complicado de manejar, nadie está preparado, pero, ¿miles? Es demasiado para entenderlo y, entonces, muchos de nosotros nos desconectamos. ¿Cuántos de ustedes han dejado de seguir las noticias de la pandemia? ¿Cuántos de ustedes apenas si escuchan las conferencias de López-Gatell o sólo se conforman con ver los números o checar si avanzamos o retrocedimos en el semáforo?

Esto es normal, ante hecatombes de esta dimensión, los seres humanos tendemos a distanciarnos, sentimos que están más allá de cualquier cosa que podamos hacer y nos alejamos de ellas, pasa con las guerras, con la pobreza, incluso, con el cambio climático. Algunos niegan estas situaciones, otros, piensan que no pueden hacer nada para remediarlas y aunque ante el coronavirus mucho está en las manos de los ciudadanos comunes, no lo hacemos, ¿por qué?

Aislamiento por Coronavirus

¿Egoismo? Tal vez, los seres humanos somos o al menos nos hemos criado en sociedades que privilegian el individualismo, entonces, mientras yo esté bien, nada más importa, sin embargo, el hecho de que alrededor del mundo, en nuestro país, haya tantas personas que siguen negándose a tomar las medidas sanitarias básicas (uso de cubrebocas, caretas, lavado de manos y aislamiento social) responde también a la forma en cómo enfrentamos o no, las situaciones difíciles, las pérdidas, el miedo, de ahí que sea tan importante hacerlo, de ahí que la toma de conciencia personal y colectiva sea vital.

 

Por estas razonas y también, por el hecho, de que nosotros en U-Storage, también estamos pasando por eso es que hoy queremos reflexionar sobre las pérdidas, queremos pensar en cómo las podemos manejar.

 

Los duelos, ¿qué son?

Con una meseta muy constante en la curva de contagios, de acuerdo a los datos de la Secretaría de Salud, México ha registrado más de 430 mil casos de COVID-19 desde la llegada del coronavirus al país y, todo apunta a que esta semana rebasaremos los 50 mil decesos.

Socializar durante la Pandemia

50 mil muertes, 50 mil familias llorando y, si bien, la desaparición de una persona y sus dolientes son el saldo más terrible del impacto de la pandemia, lo cierto es que no es lo único que se ha perdido pues se estima que desde que inició la crisis sanitaria 1 millón 200 mil empleos han desaparecido.

Nuestro trabajo, nuestros espacios de esparcimiento, nuestros encuentros sociales, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros amigos, eso hemos perdido, por eso, todos estamos en duelo, pero, ¿qué significa esta palabra?, ¿de qué se habla cuando se habla de un proceso de duelo?

En pocas palabras el duelo es el acto de lidiar con el dolor de una pérdida, de una ausencia, es el proceso que nos ayuda a adaptarnos a ese faltante y a la nueva realidad que se configura tras esa partida.

Los seres humanos vivimos constantes duelos: cada vez que perdemos un empleo o que terminamos una relación, tenemos un duelo, claro, el duelo por la muerte de un ser querido es él peor, él más doloroso, él que nos descoloca más, del que nadie te puede hablar, del que no sabes nada hasta que llega.

El duelo lo vivimos todos, es inevitable, pero también, es abrumadoramente personal, cada quien lo experimenta de manera muy distinta, pero lo cierto es que todos nos desorientamos cuando sucede, cierto es también que, cuando se habla del duelo por un ser querido nunca lo podremos pasar, pues la falta de alguien a quien amamos no se supera, simplemente, se aprende a vivir con ella.

 

Las fases del dolor

Pérdidas de Seres Queridos

Elisabeth Kübler-Ross, una psiquiatra suizo-estadounidense, enfocó su carrera en el estudio del proceso de duelo, en la cercanía con la muerte y gracias a ello, logró identificar cinco etapas por las que casi todos los seres humanos pasan cuando experimentan una muerte, una pérdida:

  1. Negación – suele aparecer al inicio y es vista como un mecanismo de defensa ante del dolor, no aceptamos que lo que formaba parte de nuestra vida ya no está, sin embargo, la realidad no permite que nos mantengamos mucho tiempo aquí.
  2. Ira – el enojo, la búsqueda de responsables, la culpa, todos lo sentimos, pues estamos frustrados por que la muerte, la pérdida es irreversible, contundente y no podemos hacer nada contra ella, no hay solución y eso nos provoca una rabia enorme.
  3. Negociación – entramos al momento de los hubiera, ¿qué pasaría si yo hubiera hecho…?, pensamos y pensamos rutas de escape de nuestra nueva realidad, estrategias que podrían devolvernos a aquel o aquello que perdimos.
  4. Depresión – la tristeza, el vacío, la ausencia nos invade, sentimos que nos doblamos de sólo pensar en que esa persona ya no está, el dolor es físico, mental, nuestro espíritu lo siente.
  5. Aceptación – aprendemos a vivir con nuestro dolor, se vuelve parte de nosotros y poco a poco, vamos conectando con la vida de nuevo, volvemos a sonreír, a sentir placer, a vivir.

Reflexiona, ¿te hacen sentido estos sentimientos, estas fases? Ojo, no son lineales pues el duelo es una montaña rusa, un día podemos creer que ya vamos mejor, que podemos seguir con nuestra vida y al día siguiente despertar inundamos de rabia o tristeza, esto, es totalmente normal, el duelo es lo más difícil que enfrentamos en la vida pues no podemos hacer mucho salvo dejar que pase.

Depresión y Aislamiento

En su libro El Año del Pensamiento Mágico, Joan Didion hace un ejercicio magistral por revivir el proceso que vivió cuando su compañero por casi 40 años muere mientras su hija está enferma, y te lleva de la mano por el terrible vaivén que significa perder a alguien, las formas en que la mente y el alma de una persona lo enfrenta, cómo va pasando por estas etapas, cómo se va construyendo un nuevo imaginario, una nueva realidad.

El duelo no sólo es por el pasado y el presente que perdimos, es también, por el futuro, por todos esos momentos que la muerte nos quita, ya no habrá más cumpleaños al lado de esas personas, no habrá más viajes, no habrán más que recuerdos y dolor: el futuro es su ausencia también.

 

Se vale quebrarse

Ausencia es todo aunque llega el momento en que podremos manejarlo, en que lo que perdimos no será lo primero que aparezca en nuestra mente cuando despertemos por las mañanas, pero, se vale quebrarse, siempre.

Ser fuerte es un hito que ha aparecido en los últimos tiempos, pero no tienes que serlo, uno se puede doblar, sólo no pierdas la perspectiva de que eventualmente tendrás que pararte y continuar, por ti, por ellos, por los que están.

Aburrido durante la Cuarentena

Hoy más que nunca las redes de apoyo son fundamentales, pese a la distancia que tenemos que tener, no podemos perderlas, si estás viviendo un momento difícil pide ayuda, si sabes de alguien que esté pasando por un duelo o por algún apuro, ofrece tu hombro, tal vez no puedas abrazarlo, pero puedes llevarle o mandarle algo de comer, escucharlo, verlo a través de Zoom, abrazarlo a la distancia.

Estamos rodeados de una enfermedad desconocida, ante un futuro incierto, nos contagiamos de muerte y carencia, parece que ya no nos afecta pero, sin duda, todo esto está teniendo un impacto en nosotros más allá del que podemos percibir.

De ahí que el autocuidado sea tan importante, de ahí también que la solidaridad se dibuje como la única forma en que podremos salir de esto y no a través de la desensibilización, el entumecimiento y la apatía, a ratos, tal vez, como mecanismos de defensa pueden ayudar, por supuesto, es de ayuda desconectarse, evadir a momentos, pero no es sano optar por esto cuando se vive una situación como la pandemia o cuando se sufre una perdida que te lastima en lo más profundo de tu ser.

Lidiar con Pérdidas

Ayuda escribir: cartas a los que no están, un diario para ti. Ayuda, también, hablar con un conocido o un profesional. Llora, abraza la ropa del que ya no está, recuérdalo a cada momento, tal vez la primera vez que lo hagas duela, pero lo lloras y tus lágrimas limpian ese recuerdo, para que lo puedas seguir conservando y puedas volver a él con una sonrisa, que duele, si, pero también reconforta.

No es nada fácil perder la rutina, perder el trabajo, perder a alguien, y actualmente somos muchos lo que experimentamos esto, los que no entendemos lo que está pasando ni a donde nos dirigimos, abracemos entonces estas dificultades, el duelo es parte de nosotros, acompañémonos mientras lo vivimos, ayudémonos a salir adelante.

 


 

Vivir una pérdida en tiempos de coronavirus no es fácil, configurar la nueva realidad en medio de momentos tan inciertos será un trabajo muy complicado así que date chance, no te presiones, es poco a poco y no hay prisa, ayuda mucho leer al respecto así que por acá te dejamos el link a varios libros de la doctora Elisabet Kübler-Ross, la llamada madre de la tanatología, por cierto, en él que aborda las fases del duelo se llama La muerte y los moribundos.