Como cada año desde hace más de cien, el 8 de marzo los países integrantes de la ONU conmemoran el Día Internacional de la Mujer y nosotros, en U-Storage, lo queremos tomar como un momento para reflexionar sobre el feminismo, hoy.
En su obra icónica, El Segundo Sexo, Simone De Beauvoir trazó los fundamentos de la construcción del pensamiento feminista. “La mujer no nace, se hace”, nos decía esta filosofa existencialista, y hoy, sus palabras retumban de manera fuerte y sonora, pues en todo el planeta millones de mujeres luchan por configurar su ser, su otredad, de frente al ala dominante y masculina de la humanidad.
Y es que ser mujer, no es una definición de diccionario, va más allá de la designación biológica con la que nacimos, las cosas no son tan fáciles, para muestra basta con que giremos la mirada a la gran comunidad diversa que día a día se integra bajo las siglas LGBTTTIQA, los seres humanos, la naturaleza misma es compleja, las mujeres y su lucha también.
Cada mujer nace en un contexto, en un momento histórico, en un seno familiar, con una raza, cultura, condición económica, educación, distintas, su feminidad está cruzada por todos esos elementos y por la manera en que se para frente al mundo.
El Día Internacional de la Mujer busca justamente poner los reflectores en la lucha que la mujer ha tenido que llevar a cabo para participar en la sociedad de la que forma parte fundamental, su lucha para hacerse escuchar, dejar huella, abrirse espacios. Se trata de reflexionar sobre lo importante de lograr un sistema de equidad y desarrollo para todas, todes, todos.
Conmemorado desde 1911, el Día Internacional de la Mujer no es una fiesta, no se trata de felicitarlas por nacer mujeres.
El 8 de marzo es mucho más que una celebración, y cobra más relevancia que nunca en la actualidad, sobre todo en México, un país que tristemente está pasando a la historia como uno de los países con más violencia contra las mujeres, con más feminicidios que prácticamente cualquier otro, por eso y muchas otras razones, hoy quisimos aprovechar el Día Internacional de la Mujer para reflexionar un poco sobre el feminismo, actualmente.
Sin ánimo de ofender, sin buscar provocar, solamente colocando en el aire algunos pensamientos que bien pueden ser el punto de partida para comenzar a ver a los ojos a nuestras interlocutoras, a nuestros compañeros, al otre.
La mujer: ayer, hoy, mañana
Estudios antropológicos nos han permitido darnos cuenta de que en la prehistoria, antes de que la humanidad se volviera sedentaria, el hombre salía a cazar mientras que la mujer se quedaba en casa recolectando semillas, cuidando a las crías, y dejando testimonio de su presencia en el mundo mediante pinturas rupestres; así es, les debemos a las mujeres los primeros vestigios de nuestro paso por el planeta.
Y sin embargo, conforme la sociedad se fue desarrollando, el papel de la mujer fue cada vez más ignorado, pero no por ello, fue menos importante, siempre ha estado al lado, bueno, atrás del hombre, del creador de sistemas, pero, sin ella, nada sería posible, entonces, ¿por qué no fue tomada en cuenta?
El sexo débil le decían, perdón, todavía le dicen.
En México, las mujeres aportan el 18% del PIB nacional, son el 54% de la fuerza laboral y, sin embargo, ganan menos que los hombres, todavía es difícil que ocupen puestos directivos, vaya, hasta en el sistema penitenciario están subyugadas: en un estudio reciente de la organización Reinserta se reveló que en promedio las mujeres pasan cinco años más presas que un hombre acusado del mismo delito, no sólo eso, el desembolso económico que tiene que pagar una mujer por su defensa legal, es mayor que el pago de un hombre.
La mujer siempre ha existido, pero, no siempre se le ha permitido hablar, hoy, la sociedad se sorprende por que existan mujeres jóvenes que se atrevan a pintar, romper, irrumpir de manera ruidosa exigiendo su lugar, luchando por su derecho a caminar seguras, a no morir, a elegir cuando y cómo ser madres, a desarrollarse de manera plena.
¿Por qué asusta esto y no el hecho de que les paguen salarios bajos? ¿Por qué causa temor que salgan a las calles y no su desaparición?
Después de todo, tomar a las calles o no salir a ellas, como se ha convocado para este lunes 9 de marzo bajo la consigna #UnDíaSinNosotras, son los vehículos que las mujeres mexicanas están utilizando para expresarse, podemos no coincidir con ellos, pero lo cierto es que debemos respetarlas y sumarnos a su reclamo en la medida en que podamos hacerlo.
Sobre micromachismos y normalización de la violencia
En días recientes, el video Be A Lady, They Said ha irrumpido en redes y se ha vuelto viral. De manera muy clara, este pequeño video evidencia toda la gama de criterios que cruzan la vida de una mujer, criterios que, por cierto, nada tienen que ver con ella, pensamientos que la sociedad les impone y les exige, muchas veces contradictorios entre si, pero vaya, que ellas se las arreglen y los manejen, después de todo, son mujeres, ¿no?
¡No! Es el micromachismo en todo su esplendor, la normalización de la violencia que nos ha hecho así, tanto a hombres como a mujeres. Es normal que si una mujer se enoja se le llame histérica, pasiva-agresiva, pero, cuando un hombre lo hace, ¡cuánto carácter! ¡qué atractivo!
Pararse para dejar que una mujer cruce la calle suena a un acto realmente caballeroso, pero, que pasa si esa parada hace que alguien choque, ¿la mujer no podía esperar? Es un micromachismo, tenemos que ser conscientes de todo lo que nos rodea, no jugar al caballero andante.
¡No trae brassier! Entonces, ¿eso te da derecho a quedarte viendo sus pechos? Trae falda o un pantalón ajustado, obvio se lo puso para que la vieras.
En un país donde en 2019 se tuvo registro de 10 asesinatos de mujeres al día, hay que llamar las cosas por su nombre: son feminicidios, en todos ellos, el poder y la subyugación son elementos que deben tomarse en cuenta.
Desde hace más de 30 años está ocurriendo, Roberto Bolaño en su monumental obra 2666 se dedica a documentar y dar voz a cientos de casos de muertas de Juárez en su atroz capítulo La Parte de los Crímenes. Intenta leerlo, de verdad, y luego cuéntanos si lo lograste terminar.
¿Quieres visualizar lo grave que es la violencia contra las mujeres y el machismo en nuestro país? Checa este mapa que arroja luz sobre los feminicidios ocurridos, ¡sólo documenta desde 2016! Míralo, y dinos que no crees que es un problema endémico por el que bien vale la pena gritar, marchar, luchar.
Hoy, el problema ha llegado a las grandes ciudades, pero las mujeres del campo lo han sufrido durante siglos, somos un país violento, machista, así nos educan: -claro, hijo, puedes salir de fiesta y no volver, pero a ti, hijita, te quiero a las diez-, -la embarazo por que es muy hombre, ella, una perdida-.
Cuando una mujer llega a denunciar una violación o un episodio de violencia, pueden pasar horas antes de que la atiendan, no sólo eso, una vez que denuncia, la cuestionan sobre sus comportamientos, ¿será qué se lo buscó?, estos fenómenos tienen nombre y apellido: violencia institucional, criminalización de la víctima.
Que una mujer de 25 años haya andado con un hombre de 48 no justifica ni la hace responsable de la terrible forma en que murió: el violador fue él, el asesino fue él, y todos los que argumentaron algo parecido son parte del problema, no de la solución.
Feminismo = humanismo
Pero, ¿cómo podemos ser sus aliados, si ellas, no nos quieren en sus marchas, nos excluyen? Así, no podemos ayudarlas….
Ser feminista es sinónimo de ser humanista, es aprender a ver a la otra. No, no te quieren en sus marchas, respétalas, así las ayudas, así te ayudas a ti, déjalas en sus espacios, aprende a que no buscan igualdad, lo que quieren es equidad.
Se trata de reescribir la realidad, con una nueva pluma, de cambiarla a fuerza de inclusión, de construir nuevos espacios, de asumir que el centro no es él, ni ellas, somos todos.
Y no, no somos iguales, ni siquiera entre mujeres. No es lo mismo una mujer nacida en la ciudad que una en el campo, en México, en Siria, en África, una mujer blanca, una indígena, una negra, una musulmana, una cristiana, una doctora, una matemática, una artista, una cocinera, una chófer…
Cada una vive una realidad distinta, pero todas persiguen un fin: ser plenas, felices, vivir con seguridad, con las mismas oportunidades para estar en paz, cuidar de sus cuerpos, eso es el feminismo, buscar que todas estemos bien.
Es una lucha, una causa donde los hombres no son los protagonistas, respeten eso, aprendan a escuchar y a ponerse en los zapatos de la otra, busquen y contacten con ese lado que también tienen en ustedes, y que tanto tiempo han tenido que ignorar y callar, pueden sentir, pueden llorar, eso no los hace más mujeres o menos hombres, los muestra como lo que son: seres humanos, pensantes y conscientes.
Veamos más allá del género, del poder y la abnegación, miremos al otro, a la otra, al otre con respeto y con la intención de que todos los seres humanos tengamos las mismas oportunidades para disfrutar de la vida y hacer frente a los retos.
Aprovechemos la lucha que hoy las mujeres encabezan para escribir una nueva página en el libro de la humanidad, buscando lo bueno de las diferencias, festejando todos los puntos de vista que busquen aportar, seamos solidarios, cálidos y generosos.
El Día Internacional de la Mujer es un excelente punto de partida para tomar consciencia de las difíciles circunstancias que ellas enfrentan, nos da la oportunidad de sensibilizarnos y comenzar a realizar pequeños cambios que a la larga generarán mejores condiciones de vida e interacción para todos, saquémosle partido y unamos nuestra voz a la de ellas.