La temporada navideña ha llegado y, como todo este 2020, lo hace en el marco de la pandemia de COVID-19, así que ninguna celebración podrá ser como antes, por eso, hoy queremos hablar de la Navidad en tiempos de coronavirus.
Cada año, las fiestas navideñas nos llenan de alegría, generosidad y ganas de celebrar, claro, también de estrés por que solemos tener altas expectativas sobre la forma en que vamos a pasarla, pero, durante este año de pandemia, debemos de sumar la incertidumbre y el miedo que nos genera la crisis que como humanidad enfrentamos.
Gobiernos y expertos han señalado que las fiestas podrían incrementar una nueva ola de contagios masivos, de hecho, esto ya está ocurriendo por lo que autoridades de casi todo el mundo han comenzado a establecer medidas realmente estrictas para contenerlos y de esta manera reducir no sólo los casos si no también las hospitalizaciones y los fallecimientos.
La Navidad significa alegría y convivencia pero, ¿qué pasa cuando una nueva enfermedad aparece y cobra la vida de de más de un millón de personas en menos de un año? Pasa que todos debemos de hacer un gran esfuerzo y sacrificar nuestros tradicionales festejos.
Con más de 1 millón 320 mil casos positivos y cerca de 120 mil decesos, hoy, prácticamente todos los habitantes de México han sido impactados, de una u otra manera, por el coronavirus: algunos hemos enfermado, otros han perdido la batalla, otros más se debaten entre la vida y la muerte en estos instantes. Miles de profesionales de la salud están exhaustos, no se dan abasto pues al desgaste físico que significa los turnos interminables, se suma el emocional.
Con una tendencia al alza en el número de contagios en estados como Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, Durango y Querétaro, el semáforo epidemiológico para la temporada navideña señala que hay tres estados en color rojo: Baja California, Estado de México y Ciudad de México.
Las tres entidades han vuelto a las medidas de prevención más estrictas y sólo las actividades esenciales podrán continuar en el período que abarca del 19 de diciembre de 2020 al 10 de enero de 2021.
Esto significa que los restaurantes sólo podrán ofrecer servicio a domicilio o para llevar, los centros comerciales, gimnasios, teatros, incluso los parques y plazas públicas deberán cerrar y todos debemos de permanecer el mayor tiempo posible en casa.
¿Y las fiestas? En casa también y sólo en compañía de las personas con las que convivimos a diario, no hay de otra, este año las reuniones familiares y de amigos deben de suspenderse de manera presencial y trasladarse al mundo virtual.
Y habrá sanciones para quienes no cumplan, al menos en el Valle de México, donde se han establecido multas de hasta 18 mil pesos a quienes realicen encuentros sociales de más de diez personas.
Unidos, aunque a la distancia, debemos romper la cadena de contagios, los hospitales están a punto de colapsar y tenemos que privilegiar la salud y el bienestar de todos.
Las medidas son muy claras y a estas alturas, todos deberíamos de aplicarlas: no salir más que a lo necesario y siempre hacerlo con cubrebocas y manteniendo la sana distancia. En caso de experimentar síntomas, aislarnos y llamar a Locatel (5556-5911) o bien, al número 800 2222 668 que el IMSS ha puesto a disposición de la población de todo el país.
Navidad = sumar esfuerzos
Contra el coronavirus no hay un remedio infalible, hay que sumar medidas: mascarilla, higiene riguroso, aislamiento, ventilación. El lugar más seguro es nuestro hogar así que conforme nos alejemos de él, debemos de añadir capas de protección contra esta enfermedad.
La COVID-19 no está en un lugar, está en nosotros así que si vamos a un lugar con mucha gente, el riesgo a contagiarnos se incrementa. Como ejemplo, les dejamos esta crónica sobre una jornada legislativa en CDMX que significó el contagio de varias decenas de personas.
Recordemos que parte de lo que hace peligrosa a esta enfermedad es que las personas infectadas pueden no presentar síntomas o bien, éstos pueden no ser de gran importancia y pueden pasar desapercibidos así que aunque pensemos que estamos sanos, lo cierto es que podríamos ser portadores y si asistimos a una cena o reunión seríamos los responsables de que otros enfermen.
En esta temporada solemos reunirnos con los seres que más queremos, el riesgo es altísimo, una cena podría significar la última cena para varios miembros de nuestro clan. Las campañas son claras: este año regala salud.
Acepta que es un año diferente
Es complicado que esto no lo sepamos ya, la pandemia no lleva un mes o dos, ha marcado al 2020 y ha ocasionado que todos nuestros planes recreativos, familiares, de trabajo, cambien, hemos perdido mucho y, desafortunadamente, la Navidad no es la excepción, aunque quisiéramos.
Dejemos atrás entonces, todo lo que pensábamos era ley navideña: la fiesta godín, la cena familiar, el recalentado, la megafiesta de Año Nuevo. Podemos festejar, claro, pero aceptando la realidad, con poca gente, a través de una computadora, solos.
Entre más luchemos contra la realidad, más mal la vamos a pasar o bien, podemos ignorarla y hacer como si nada y en cinco días o dos semanas pagar las consecuencias. El arzobispo de Toluca hizo una declaración que lo resume bastante bien: mejor encerraditos que enterraditos.
Descanso navideño
Si decidimos hacer caso al llamado de las autoridades, limitar nuestras salidas en las próximas tres semanas y cancelar los grandes encuentros de la temporada, la Navidad de este año puede significar descanso de todas las presiones y ajetreos que traen consigo.
El momento de acurrucarnos en la cama y el sillón y ver Netflix ha llegado. Dormir hasta tarde, irse a la cama temprano, relajarnos y tal vez voltear a casa y realizar algunos arreglitos que teníamos pendientes.
No veamos lo que no podemos hacer, mejor enfoquémonos en lo que si: un poco de ejercicio en casa, cocinar rico y sano, andar en pijama todo un día o dos o tres.
#QuédateEnCasa con espíritu navideño
Bueno, te quedarás en casa y no irás a ver la iluminación al Zócalo, ni recorrerás Reforma, ni irás a los centros comerciales pero esto no significa que no puedas sentir con todo el espíritu navideño.
En casa todo se puede, así que decórala al máximo, que explote la Navidad ahí: arbolito, nacimiento, Nochebuenas, adornos, luces que no quede ni un rincón que no transpire e inspire el espíritu de esta temporada. La COVID-19 no tiene por que quitarle la magia a la Navidad, sólo se trata de que la sientas en casa.
Ya que estás encerradito, tal vez, tu lado creativo puede ponerse a trabajar y podrías emprender el proyecto de armar tus propias decoraciones, por acá te dejamos algunas sugerencias para decorar mientras cuidas al medio ambiente.
Sé el Grinch
Para muchos, la pandemia les está robando la Navidad, pero para otros, las circunstancias pueden ser perfectas para que por fin puedan sacar su Grinch interior y abstenerse de las celebraciones.
No se trata de depresión, simplemente, muchos no gustan de la Navidad, no le encuentra sentido y año con año se ven arrastrados a celebrarla o son criticados por que no quieren. Si eres uno de ellos, es tu momento: por fin podrás pasar la temporada solo, en casa, sin escuchar villancicos, leyendo un buen libro, viendo pelis y nada más.
Sabemos que muchos esperamos la Navidad con ansia loca, cuando inicio todo esto, nunca pensamos que llegaría diciembre y estaríamos en un estado de emergencia como él que estamos viviendo, pero así es así que debemos contribuir a que se logre un mayor control.
Esta enfermedad ha costado mucho ya, no hagamos que la factura se incremente aún más, si no podemos celebrar la Navidad como siempre por una vez, no pasa nada, de verdad, seamos prudentes, pensemos en el bienestar colectivo y no en una noche de fiesta.
Y bueno, habrá quien decida o necesite reunirse con los suyos así que si van a hacerlo, háganlo con todas las precauciones posibles. Acá les dejamos nuestro contenido sobre las formas seguras en que puedes reunirte con amigos y familiares, así como un artículo que puede ayudarte a visualizar los riesgos de hacerlo.